La visita de Javier Milei a Lomas de Zamora terminó con incidentes violentos cuando un grupo de manifestantes arrojó piedras contra la caravana presidencial, lo que obligó a suspender la actividad y evacuar al mandatario. El hecho se produjo a menos de dos semanas de las elecciones en la provincia de Buenos Aires y desató una fuerte ofensiva discursiva del Gobierno contra el kirchnerismo.
El propio Milei, acompañado por su hermana Karina y el diputado José Luis Espert, publicó en sus redes sociales un mensaje en el que acusó directamente a militantes kirchneristas de estar detrás de la agresión: “Recurrieron otra vez a la violencia. El 7/9 y el 26/10 digamos en las urnas kirchnerismo nunca más”. En la misma línea se expresaron ministros y funcionarios. El titular de Seguridad, Patricia Bullrich, calificó los hechos como un “ataque organizado”, mientras que el subsecretario de Prensa, Javier Lanari, los describió como “un intento de magnicidio”.
El clima electoral se cargó aún más tras el episodio. El intendente local, Federico Otermín, había pedido previamente “paz y respeto por la democracia”, aunque cuestionó el operativo de seguridad y advirtió sobre convocatorias en redes sociales para repudiar la llegada del Presidente. Desde la oposición insistieron en que la verdadera respuesta llegará en las urnas, mientras que en la Casa Rosada creen que el episodio puede reforzar su posición en la campaña.
Con este ataque, la campaña rumbo a las elecciones provinciales del 7 de septiembre entra en una nueva etapa marcada por la polarización y los cruces cada vez más duros entre el Gobierno y el kirchnerismo.