El gobierno de Neuquén advirtió sobre una crítica situación financiera que afecta a la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), ubicada en Arroyito, a raíz de una deuda acumulada de casi 5.000 millones de pesos por parte de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), propietaria del complejo.
Según informó el ministro de Planificación y presidente de la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), Rubén Etcheverry, los fondos adeudados por la CNEA corresponden a las partidas destinadas a conservación, operación básica y desarrollo de proyectos en la PIAP. “Ya son varios meses sin pagos, y la situación está comprometiendo servicios esenciales como el pago de salarios, energía, transporte y cargas sociales”, señaló el funcionario.
La deuda ya supera los 3.500 millones de pesos, y se sumarán otros 1.390 millones correspondientes al mes de junio. Entre los compromisos afectados se encuentran más de 314 millones al EPEN (electricidad), 580 millones al transporte del personal, 210 millones en cargas sociales, 36 millones en IVA, y casi 600 millones en sueldos y aguinaldos pendientes.
Etcheverry advirtió que esta falta de cumplimiento “entra en contradicción directa” con los anuncios del Gobierno nacional sobre el relanzamiento del Plan Nuclear Argentino, que incluye la producción de reactores modulares y la expansión del ciclo del uranio. La planta neuquina, que ha sido visitada recientemente por representantes de Candu Energy Inc. de Canadá para posibles acuerdos de largo plazo, está en condiciones de producir agua pesada para abastecer nuevos desarrollos nucleares.
“Sea por responsabilidad de la CNEA o del área de Hacienda, lo concreto es que se está poniendo en riesgo no solo el mantenimiento del complejo, sino también su enorme potencial productivo, que ya tiene interesados concretos en el país y en el exterior”, agregó Etcheverry.
El Gobierno de Neuquén ya ha elevado varios reclamos formales solicitando la liberación inmediata de los fondos, en el marco de un contrato prorrogado por seis meses con Nación, que vence en octubre. La continuidad del proyecto PIAP, estratégico para el país y el sector energético, pende ahora del cumplimiento de esos compromisos.