Con menos sal igual hay sabor y mejoramos nuestra calidad de vida

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Con menos sal igual hay sabor y mejoramos nuestra calidad de vida
Con menos sal igual hay sabor y mejoramos nuestra calidad de vida

En la Semana Mundial de Concientización sobre la Sal, especialistas alertan sobre el consumo excesivo de sodio y proponen estrategias simples para cuidar el corazón sin renunciar al sabor.

Del 12 al 18 de mayo, se conmemora la Semana Mundial de Concientización sobre la Sal, una campaña que busca sensibilizar a la población sobre los riesgos del consumo excesivo de sodio y promover una alimentación más saludable desde edades tempranas.

Consumir demasiada sal aumenta considerablemente el riesgo de padecer hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares, condiciones que afectan la calidad de vida y pueden prevenirse con cambios sencillos en la dieta. Como explica el profesor y licenciado en nutrición Samuel B. García, reducir la cantidad de sal en las comidas salva vidas y es una de las medidas de salud pública más costo-efectivas.

“Sabroso no es sinónimo de salado”, señala el especialista. “Está comprobado que se puede lograr un sabor agradable sin recurrir a grandes cantidades de sal”.

El mensaje central de esta semana es que toda sal tiene sodio, independientemente de su origen o presentación: ya sea sal del Himalaya, marina, rosada o saborizada. Aunque se promocione como natural o gourmet, su exceso puede dañar la salud, especialmente en personas con presión elevada o sobrepeso.

La recomendación internacional es no superar los 5 gramos de sal diarios (una cucharadita de té), lo que equivale a 2.000 mg de sodio. Este límite incluye tanto la sal agregada como la que ya contienen alimentos procesados como panificados, embutidos, fiambres, salsas, caldos en cubos y hasta galletitas dulces.

En Argentina, se estima que se consume el triple del sodio recomendado. Gran parte proviene de productos industrializados y comidas fuera del hogar. Por eso, resulta clave leer las etiquetas y prestar atención a los alimentos con advertencias sobre el exceso de sodio.

Además de cuidar la presión arterial, una dieta baja en sal favorece la salud renal, reduce la retención de líquidos y mejora el bienestar general. Aunque no se tenga una condición médica, reducir el sodio es una decisión inteligente que ayuda a prevenir futuras enfermedades.

🧂 Consejos para reducir el consumo de sal sin perder sabor:
Elegí alimentos naturales y evitá los ultraprocesados.

Usá hierbas y especias aromáticas (como orégano, tomillo, pimentón o ajo natural) para dar sabor.

Cociná más en casa y disminuí la sal durante la cocción.

Probá vegetales frescos en lugar de los enlatados.

Leé las etiquetas y evitá productos con advertencia de "exceso en sodio".

Disminuí progresivamente el uso del salero: el paladar se adapta con el tiempo.

Reducir la sal no significa comer sin sabor, sino aprender a elegir mejor. Cuidar la salud comienza con pequeñas decisiones cotidianas.

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