La compañía TotalEnergies confirmó avances en la venta de sus activos de petróleo no convencional en Vaca Muerta, en el marco de una estrategia global de desinversión que podría generarle un flujo de efectivo cercano a los US$1.000 millones, según señaló su CEO, Patrick Pouyanné, ante inversores.
"En las últimas semanas hemos aprobado algunas ofertas vinculantes para nuestra licencia de petróleo no convencional en Argentina y para otros dos activos de exploración y producción", explicó el ejecutivo, en referencia a operaciones que también incluyen activos en Nigeria, y sectores de energías renovables en Estados Unidos, Francia y Grecia. En total, la multinacional espera recaudar hasta US$3.500 millones, según publicó Bloomberg.
En el caso argentino, TotalEnergies puso en venta su participación en la Concesión de Explotación No Convencional La Escalonada, donde actualmente desarrolla un proyecto piloto, y el permiso de exploración en el bloque Rincón de Ceniza, adyacente al anterior. En ambos casos, Total posee el 45% de participación, al igual que Shell, mientras que el 10% restante está en manos de Gas y Petróleo del Neuquén, la empresa estatal provincial.
Entre los interesados por adquirir estos activos se encuentran YPF, Vista Energy y Tecpetrol, tres jugadores clave en el desarrollo de Vaca Muerta. En enero, YPF compró el 100% de la participación de ExxonMobil y QatarEnergy en Sierra Chata por US$327 millones, mientras que Vista Energy, liderada por Miguel Galuccio, pagó US$1.200 millones por las operaciones de Petronas en el país, incluyendo su parte en el yacimiento La Amarga Chica.
La salida de TotalEnergies de algunos activos en Argentina sigue la línea de otras multinacionales que optaron por reducir su exposición en el país, capitalizando precios elevados de venta. Sin embargo, la empresa mantendrá su presencia en el negocio del gas, que considera estratégico. En mayo, Total fue responsable del 7,86% de la producción nacional de gas, con operaciones en Vaca Muerta y plataformas offshore en la Cuenca Austral, en Tierra del Fuego.
El proceso de desinversión pone en juego activos de alto valor en una de las regiones más prometedoras del país, en un contexto donde las empresas locales buscan consolidar posiciones en la cuenca neuquina.