La Cámara de Diputados vivió una jornada cargada de tensión política y cruces personales que terminó en escándalo. Con el impulso de gobernadores y bloques disidentes, la oposición consiguió avanzar con dos emplazamientos que obligan al oficialismo a debatir iniciativas sensibles: el aumento del financiamiento para las universidades nacionales y la declaración de emergencia pediátrica en el Hospital Garrahan.
Ambos temas incomodan a la administración de Javier Milei por su fuerte impacto fiscal. El quórum de 129 diputados se logró gracias a la presencia de legisladores de Unión por la Patria, la UCR y bloques provinciales, que aprovecharon el clima de tensión entre gobernadores y la Casa Rosada para marcar posición.
El primer emplazamiento fuerza a que las comisiones de Presupuesto y Educación debatan el próximo martes 8 de julio distintas propuestas para mejorar el presupuesto universitario. El segundo, aprobado de forma similar, obliga a dictaminar la emergencia en pediatría y reasignar recursos urgentes para el Garrahan, epicentro de reclamos por su crisis presupuestaria.
La sesión, sin embargo, escaló en violencia verbal cuando militantes de La Cámpora increparon a José Luis Espert por la detención de activistas que vandalizaron su vivienda. Los insultos y forcejeos entre diputados generaron gritos, empujones y la posterior caída del quórum, dejando otros temas sin tratar.
Desde la oposición reconocen que el objetivo inmediato no es una aprobación definitiva —los proyectos aún necesitan dictamen y una mayoría especial— sino exponer la falta de respuestas del Gobierno en áreas críticas y presionar para que se aborden antes del receso invernal.
“Era lo único que tenía consenso. Acá festejamos todos”, resumió un legislador peronista, tras una jornada que vuelve a exponer la tensión entre el Ejecutivo y un Congreso cada vez más fragmentado.