El “efecto tijera” que asfixia a la clase media: caída de ingresos y suba de gastos sin red de contención

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El “efecto tijera” que asfixia a la clase media: caída de ingresos y suba de gastos sin red de contención
El “efecto tijera” que asfixia a la clase media: caída de ingresos y suba de gastos sin red de contención

Un informe del Centro RA de la UBA advierte sobre el deterioro progresivo del poder adquisitivo en hogares formales urbanos. A diferencia de otros sectores, la clase media no recibe subsidios ni asistencia directa, y enfrenta aumentos en servicios esenciales que superan ampliamente la evolución de sus ingresos.

Un estudio reciente del Centro RA de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) encendió una alarma sobre una dinámica que golpea especialmente a la clase media formal urbana en la Argentina: el denominado “efecto tijera”. Esta expresión describe una situación en la que los ingresos reales se reducen sostenidamente mientras los gastos básicos —como salud, educación y transporte— se disparan, generando una presión creciente sobre los hogares que no acceden a subsidios ni ayudas estatales.

Según el informe, el epicentro de este fenómeno se encuentra en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde se concentra una alta proporción de trabajadores asalariados formales. Estos hogares, que en muchos casos no califican para beneficios como la Asignación Universal por Hijo o la tarjeta Alimentar, deben absorber por completo el impacto del ajuste económico. La suba de tarifas, cuotas escolares y servicios de salud sin un correlato en los ingresos salariales evidencia una creciente brecha entre ingresos y egresos, con consecuencias directas sobre el consumo y el bienestar.

El documento destaca que, a diferencia de políticas anteriores que buscaban amortiguar los efectos del ajuste mediante transferencias o subsidios, la actual administración optó por el congelamiento nominal del gasto público. Esto implicó una reducción real del presupuesto, especialmente en rubros sensibles como jubilaciones y salarios públicos, sin implementar mecanismos compensatorios para los sectores medios.

La política económica del gobierno de Javier Milei se centró en un proceso de “sinceramiento” de precios relativos, priorizando el equilibrio fiscal. Sin embargo, esta estrategia dejó fuera del radar a un amplio segmento de la población que, pese a su formalidad laboral, no posee un margen financiero suficiente para resistir la suba generalizada de costos. Muchos hogares se vieron obligados a cambiar de planes de salud, retirar a sus hijos de colegios privados o recurrir al endeudamiento para afrontar gastos cotidianos.

El informe también advierte que el “efecto tijera” no se limita al plano económico. Al sentirse excluidos de las prioridades del Estado, sectores medios comienzan a manifestar signos de desafección política y de retracción en su participación institucional. La erosión de expectativas y la pérdida de movilidad social generan un cambio profundo en el comportamiento de esta franja, que pasa de proyectar mejoras a enfocarse en evitar el retroceso.

En resumen, el análisis del Centro RA plantea que la clase media formal se encuentra atrapada en un ajuste asimétrico, donde los ingresos pierden terreno frente a gastos crecientes sin redes de contención visibles. Un fenómeno que, de persistir, puede transformar estructuralmente la composición y el rol de este sector en la sociedad argentina.

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