Rafael Mariano Grossi, director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) desde 2019, enfrenta amenazas del gobierno iraní tras sus declaraciones sobre el programa nuclear de ese país. Este diplomático argentino cumple un rol clave en la seguridad nuclear mundial y ha intervenido en diversos conflictos internacionales.

Rafael Mariano Grossi es un diplomático argentino con una amplia trayectoria en relaciones internacionales y temas nucleares, que desde el 3 de diciembre de 2019 dirige el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), agencia dependiente de la ONU encargada de establecer normas de seguridad nuclear, proteger el medio ambiente y fomentar la cooperación técnica entre países en materia de energía nuclear.

Recientemente, Grossi fue amenazado por Irán luego de que su informe sobre el estado del programa nuclear iraní fuera considerado por el gobierno de Teherán como un detonante para los ataques de Estados Unidos e Israel contra instalaciones nucleares en Natanz, Isfahán y la planta subterránea de Fordo, esta última clave en el enriquecimiento de uranio. Ali Larijani, asesor cercano al guía supremo iraní Ali Khamenei, advirtió que “una vez que termine la guerra, nos ocuparemos de Grossi”.

Este no es el único desafío internacional que enfrenta Grossi. Durante la guerra en Ucrania, mantuvo diálogo directo con Vladimir Putin y Volodimir Zelensky para prevenir daños en la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, evitando un desastre en medio del conflicto armado. “La imparcialidad es un acto de valentía también”, ha declarado, subrayando la independencia del OIEA frente a las presiones políticas.

Antes de asumir en la OIEA, Grossi presidió la Conferencia de las Partes del Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares (2020) y el Grupo de Suministradores Nucleares entre 2014 y 2016. Además, lideró la aprobación unánime de la Declaración de Viena sobre Seguridad Nuclear en 2015.

Académicamente, es doctor en Relaciones Internacionales, Historia Internacional y Política por la Universidad de Ginebra, con formación previa en la Pontificia Universidad Católica Argentina y el Instituto del Servicio Exterior de la Nación.

El papel de Grossi resulta clave en un mundo cada vez más tensionado por conflictos que involucran el uso y control de la energía nuclear, donde la búsqueda de un equilibrio entre seguridad, transparencia y diplomacia resulta fundamental para evitar catástrofes.