Lo que parecía una curiosidad tecnológica se ha transformado en una tendencia que crece a pasos agigantados: el uso de inteligencia artificial como herramienta de apoyo emocional. Desde el auge de los asistentes como ChatGPT, Gemini y Claude, muchos usuarios comenzaron a consultar estos sistemas no solo para escribir mails o resolver dudas, sino también para hablar de sus miedos, ansiedades y dolores más profundos.
El caso de Tomás Mazza, un influencer argentino que confesó usar ChatGPT como terapia nocturna, abrió un debate que ya es imposible ignorar. “Le mando audios antes de dormir, me ayuda a pensar en lo que me pasa”, explicó. Y no está solo. Cientos de personas contaron experiencias similares en redes, validando esta nueva forma de catarsis digital.
Especialistas en inteligencia artificial y psicología coinciden en que la IA puede ofrecer contención básica, técnicas de relajación y respuestas rápidas. Es accesible, anónima y está disponible 24/7. Pero también advierten: no reemplaza la mirada clínica, el juicio humano ni la empatía real de un profesional.
Un estudio publicado recientemente demostró que muchos pacientes califican las respuestas de la IA como más empáticas que las de los médicos. Sin embargo, psicólogos como Francisco Matorras aclaran: “Terapia no es solo responder preguntas. Es un proceso humano, con vínculos, silencios y preguntas que el paciente no se haría solo”.
Los riesgos no son menores. Usar IA como único recurso en casos de trastornos severos puede ser peligroso. La falta de detección de señales críticas, la ausencia de regulación y la ilusión de una contención que no es real son temas que exigen un debate urgente.
Marina, una usuaria que dejó la terapia por temas de tiempo y dinero, hoy conversa con ChatGPT cada vez que lo necesita. “Me ayuda, pero sé que no puede reemplazar la relación con mi psicóloga”, admite. Su experiencia refleja la del momento que atravesamos: una era donde la tecnología abre nuevas posibilidades, pero también nuevas preguntas.
¿Estamos listos para que la salud mental también tenga su revolución digital? ¿Quién cuida al que habla con una máquina cuando nadie más escucha? La inteligencia artificial puede ser una herramienta poderosa, pero el alma, al menos por ahora, sigue necesitando algo más que datos y código.
¿Puede el CHATGPT reemplazar a los psicólogos?
- Tecno

Cada vez más personas recurren a asistentes como ChatGPT para hablar de sus emociones, reemplazando la terapia tradicional por conversaciones con una máquina. ¿Estamos ante una revolución en la salud mental o ante un riesgo silencioso?