Una réplica del famoso toro de Wall Street fue instalada en las afueras de un exclusivo emprendimiento hotelero en Añelo, la localidad neuquina convertida en emblema del desarrollo energético de Vaca Muerta. La escultura, que simboliza el empuje de los mercados en alza, se convirtió rápidamente en tema de conversación y controversia en redes sociales.
El imponente toro metálico, aún cubierto a la espera de su inauguración oficial, fue emplazado frente a un complejo de alta gama que incluye helipuerto. Su presencia, sin embargo, contrasta con el paisaje árido y la falta de infraestructura básica en la zona, como cloacas o pavimento, lo que despertó críticas entre trabajadores y vecinos.
“Podrían haber mejorado la ruta antes de llevar esa estatua”, escribió un usuario en Facebook. Otra internauta ironizó: “No hay ni cloacas, pero tienen un toro”. Los comentarios se viralizaron con rapidez, marcando una clara división entre quienes lo ven como una muestra de progreso y quienes lo perciben como un símbolo de desigualdad.
Frente a las críticas, otros usuarios salieron en defensa de la iniciativa privada. “¿Qué tiene que ver el estado de las rutas con una escultura pagada por un privado?”, preguntó Marcela Parra, quien remató su mensaje con humor: “Ahora no los quiero ver tocando al toro, ni sacándose fotos”.
El símbolo detrás del toroInspirada en el “Charging Bull” del distrito financiero de Manhattan, esta réplica representa mucho más que una figura decorativa. En la cultura financiera, el toro encarna los mercados “bullish”, es decir, aquellos en crecimiento, con inversiones sostenidas y confianza económica.
La escultura original fue colocada sin autorización en Nueva York en 1989, como gesto de esperanza tras la crisis bursátil de 1987, y con el tiempo se transformó en ícono del capitalismo moderno. Atrae millones de turistas, muchos de los cuales mantienen una pintoresca tradición: tocarle los testículos para atraer la buena fortuna.
En Añelo, el toro patagónico aparece como una metáfora de ese mismo optimismo, pero trasladado al escenario energético nacional. La elección del lugar no es casual: lo que antes fue un pueblo rural hoy es el corazón logístico de Vaca Muerta, un polo de inversión clave para el futuro económico del país.
Aunque no se trata de una plaza financiera, el toro neuquino descansa sobre un terreno donde se gestan las grandes apuestas energéticas del país. Con su postura desafiante y su cuerpo en tensión, parece no solo mirar hacia adelante, sino también marcar una intención clara: que en Añelo, como en Wall Street, se apuesta fuerte.