Lo que empezó como una simple notificación sorprendió a diez hombres: “Sofía creó el grupo preselección”. Nadie entendía nada hasta que ella lo explicó sin rodeos: “Quiero ser mamá, tengo 38 años y siento que el reloj biológico me corre. Durante los últimos tres meses tuve citas con 29 hombres y ustedes fueron los elegidos”.
La consigna era clara: todos tenían entre 35 y 40 años, eran universitarios y con buen pasar económico. “Los que no estén dispuestos a hacer esto pueden irse del grupo”, advirtió Sofía. Dos abandonaron de inmediato, otro preguntó si era un chiste. “No, no es un chiste”, respondió ella tajante.
Un casting de WhatsAppDecidida a no perder tiempo, Sofía comenzó a filtrar a los candidatos con preguntas directas. La primera fue sobre ingresos: quienes no alcanzaban su expectativa quedaron afuera. Luego llegó la consulta sobre fertilidad: uno aceptó hacerse estudios, otro ya los tenía, y el que se negó fue eliminado al instante.
Para darle “objetividad” al proceso, sumó a su mejor amiga al chat. Pero Nati, sorprendida, intentó frenarla: “La decisión correcta es que pares con esto, amiga, se te está yendo de las manos”.
La última pregunta fue sobre tiempos: uno dijo que podía empezar en tres meses, otro ironizó con “dentro de 1000 años luz”. El humor no fue bien recibido y quedó eliminado.
Final inesperadoSolo quedaba un candidato dispuesto a avanzar. Entusiasmada, Sofía le propuso reunirse para organizar el proyecto de ser padres. Sin embargo, la historia dio un giro: el hombre confesó que solo había respondido lo que ella quería escuchar. “Fue un delirio hermoso, hasta me hice pochoclos porque estaba mejor que una serie de Netflix”, le dijo antes de abandonar el grupo.
El episodio se viralizó rápidamente en redes sociales, donde abundaron reacciones divididas: entre quienes apoyaron la decisión de Sofía de tomar el control de su deseo de maternidad y quienes criticaron la forma en que lo hizo.