La actividad física tras dar a luz no solo ayuda en la recuperación física, sino que también ofrece beneficios emocionales fundamentales para la nueva etapa de maternidad. Según el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS), si el parto fue vaginal y sin complicaciones, se pueden iniciar caminatas suaves pocos días después. En caso de cesárea o intervenciones médicas, se recomienda esperar entre 4 y 6 semanas, siempre con el aval médico.
La Clínica Mayo destaca que el ejercicio moderado contribuye a prevenir la depresión posparto y refuerza la autoestima, mientras que estudios recientes sugieren alcanzar al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada para obtener beneficios sostenibles. Actividades como yoga posparto, natación y ejercicios de suelo pélvico son opciones seguras para acompañar el proceso.
Especialistas insisten en respetar el ritmo de cada mujer, evitando presiones externas y priorizando siempre el bienestar físico y emocional en esta etapa de transición.